Ser resiliente
Hay muchas cualidades detrás del desarrollo de una personalidad resistente. El primero sería la capacidad de aprender de los fracasos y recuperarse lo más rápido posible. Sin embargo, una persona solitaria no puede luchar para volver a un estado operativo tan temprano. Se necesita mucha confianza en uno mismo y valentía para recuperarse de un fracaso y recuperar terreno.
Necesitaría una sólida red de amigos y asociados que lo apoyen por naturaleza y tengan una mentalidad positiva en su enfoque. Una persona resiliente también tiene la cualidad de poder diseñar un plan realista y lograr implementarlo. Los objetivos poco realistas y las demandas imposibles son algo que una persona con resiliencia evitaría a toda costa, simplemente por la lección que habría aprendido de sus fracasos anteriores.
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La autoevaluación es un paso fundamental para crear resiliencia. Debe tener una comprensión clara de sus puntos fuertes y sus límites para poder ejecutar sus planes con éxito. Además de todas las cualidades mencionadas anteriormente, la habilidad más importante que las personas atribuyen ahora a la resiliencia es la capacidad de comunicarse claramente y desplegar habilidades interpersonales para crear un impacto positivo.
En general, una persona resiliente necesita controlar sus emociones y no ser demasiado impulsiva. Un enfoque sensato hacia la resolución de problemas y el manejo de problemas define a una persona resiliente apta para nuestro tiempo.