Resultado de la revuelta de 1857
La revuelta fue reprimida. El puro coraje no pudo vencer a un enemigo poderoso y decidido que planeó cada paso.
Los rebeldes recibieron un golpe temprano cuando los británicos capturaron Delhi el 20 de septiembre de 1857 después de una lucha prolongada y encarnizada.
El anciano emperador Bahadur Shah fue hecho prisionero. Los príncipes reales fueron capturados y masacrados en el acto. El emperador fue juzgado y exiliado a Rangún, donde murió en 1862.
John Lawrence, Outran, Havelock, Neil, Campbell y Hugh Rose fueron algunos de los comandantes británicos que ganaron fama militar en el curso de la revuelta.
Uno a uno, cayeron todos los grandes líderes de la Revuelta. Nana Sahib fue derrotado en Kanpur. Desafiante hasta el final y negándose a rendirse, escapó a Nepal a principios de 1859, y nunca más se supo de él.
Tantia Tope escapó a las selvas del centro de la India, donde mantuvo una amarga y brillante guerra de guerrillas hasta abril de 1859, cuando fue traicionado por un amigo zamindar y capturado mientras dormía. Fue ejecutado tras un juicio apresurado el 15 de abril de 1859.
El Rani Jhansi había muerto en el campo de batalla el 17 de junio de 1858.
En 1859, Kunwar Singh, Bakht Khan, Khan Bahadur Khan de Bareilly, Rao Sahib hermano de Nana Sahib y Maulavi Ahmadullah estaban todos muertos, mientras que la Begum de Avadh se vio obligada a esconderse en Nepal.
A fines de 1859, la autoridad británica sobre la India se restableció por completo, pero la revuelta no había sido en vano. Fue la primera gran lucha del pueblo indio por liberarse del imperialismo británico. Allanó el camino para el surgimiento del movimiento nacional moderno.
Debilidades de la revuelta
Los cipayos y el pueblo de la India carecían de armas modernas y otros materiales de guerra. La mayoría de ellos lucharon con armas tan antiguas como picas y espadas.
Los cipayos indios y otros participantes de la revuelta también estaban mal organizados. Había brecha de comunicación y faltaba consenso.
Las unidades rebeldes no tenían un plan de acción común, ni jefes autoritarios, ni liderazgo centralizado.
Los cipayos eran valientes y desinteresados pero también mal disciplinados. A veces se comportaban más como una turba desenfrenada que como un ejército disciplinado.
Los levantamientos en diferentes partes del país fueron completamente descoordinados.
Una vez que el pueblo indio derrocó al poder británico de un área, no sabía qué tipo de poder crear en su lugar.
No lograron desarrollar la unidad de acción. Sospechaban y estaban celosos el uno del otro y a menudo se entregaban a peleas suicidas. Por ejemplo, la Begum de Avadh se peleó con Maulavi Ahmadullah y los príncipes mogoles con los cipayos generales.
Los campesinos destruyeron los registros de ingresos y los libros de los prestamistas, y derrocaron a los nuevos zamindars, se volvieron pasivos sin saber qué hacer a continuación.
El nacionalismo moderno aún era desconocido en India. El patriotismo significaba el amor por la pequeña localidad o región de uno o, como mucho, por el estado.
De hecho, la revuelta de 1857 jugó un papel importante en unir al pueblo indio e impartirle la conciencia de pertenencia a un solo país.