Mi vecino

Dec 14 2020
y luego la extrañé
Chillaba cada cinco horas más o menos: sonidos agudos y de pesadilla que uno se imagina cuando uno es destripado. Ella se rió hasta que se atragantó tosiendo de risa.
Imagen de S. Hermann & F. Richter en Pixabay

Chillaba cada cinco horas más o menos: sonidos agudos y de pesadilla que uno se imagina cuando uno es destripado. Ella se rió hasta que se atragantó tosiendo de risa. Lloró con sollozos irregulares que estallaron como aullidos desde los pozos de las cuevas habitadas por animales.

Los demás vecinos golpeaban sus pipas con objetos largos, por lo que cada chillido, tos o sollozo iba acompañado de una sinfonía de explosiones aptas para despertar a los muertos.

Su hermana vino a vivir al apartamento después de su muerte, y luego la extrañé.

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Perdonando con cicatrices yo y mi sombra