Por qué renuncié a América

May 10 2023
Las razones de mi decisión de dejar Estados Unidos son complejas, pero tienen sus raíces en un profundo sentimiento de desilusión con el país y sus valores. La desigualdad desenfrenada, la polarización política, la cultura de la violencia y el miedo, y la falta de empatía y compasión contribuyeron a mi creciente sensación de inquietud.
Markus Winkler a través de Pexels

Las razones de mi decisión de dejar Estados Unidos son complejas, pero tienen sus raíces en un profundo sentimiento de desilusión con el país y sus valores. La desigualdad desenfrenada, la polarización política, la cultura de la violencia y el miedo, y la falta de empatía y compasión contribuyeron a mi creciente sensación de inquietud.

Sentí que vivía en una sociedad cada vez más dividida y desconectada, donde la gente estaba más interesada en culparse unos a otros que en trabajar juntos para resolver problemas.

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Por el contrario, cuando llegué a Irlanda, me impresionó la calidez y amabilidad de la gente, la vibrante escena cultural y el sentido de comunidad que impregnaba todos los aspectos de la vida.

Sentí que había encontrado un lugar donde las personas realmente se preocupaban por los demás y estaban comprometidas con la construcción de un futuro mejor para todos. También me impresionaron las políticas progresistas del país, como la atención médica universal y la educación gratuita, que demostraron un compromiso con el bien común que tanto faltaba en Estados Unidos.

Por supuesto, Irlanda no es perfecta y tiene sus propios problemas y desafíos. Pero para mí, representó una nueva forma de vida, una que se centró en la conexión, la empatía y la comunidad.

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Sabía que no podía volver a Estados Unidos de forma permanente, no sin sentir que estaba traicionando mis propios valores y principios. Así que tomé la difícil decisión de quedarme en Irlanda y construir una nueva vida allí.

Dejar Estados Unidos no fue una decisión fácil, y no fue una que tomé a la ligera. Pero fue la decisión correcta para mí, y me ha dado un sentido renovado de esperanza y propósito.

Ya no me siento como un espectador en un sistema roto, sino como un participante activo en la construcción de un mundo mejor.

Y por eso, estoy agradecido.