Seis semanas de caminata
El día que volamos a Irlanda es el primer lunes que no tengo trabajo pendiente desde septiembre de 2018. Hay un vértigo en el vacío: en ausencia de una obligación asfixiante, mi mente aflorará a lo que sea que se haya cubierto con tranquilidad, tal vez. ? No soy la mujer que era hace cinco años, y no la envidio.
Eileen y yo hemos planeado juntos este viaje a Irlanda y Gales, pero la verdad es que he estado demasiado ocupado para ser un socio de planificación completo.
"No te preocupes", dice Eileen, "lo compensarás cuando estemos allí".
Es cierto; nuestros estilos de viaje son opuestos pero complementarios. Ella es una planificadora; Soy un improvisador. Enviar correos electrónicos a una docena de BnB individuales para noches individuales con tres meses de anticipación es mi versión del infierno, pero si estamos en un aprieto cuando cambia el clima, soy tu chica.
Pero lo planeamos juntos, incluso si ella hizo la mayor parte del trabajo preliminar. Sugerí volar a Dublín porque era más barato que Inglaterra. Ella sugirió el Wicklow Way mientras estábamos en Irlanda. Gales para ir de excursión fue su idea originalmente, pero el ferry que cruza el Mar de Irlanda y hacer secciones de la ruta de la costa de Gales fueron mías.
Después de Wicklow, Holyhead, Snowdonia y la península de Llyn, nos reuniremos con mi prima y su hija para hacer una caminata por la ruta de la costa de Pembrokeshire, luego tomaremos un ferry, un tren y un autobús de regreso al norte a Dublín.
Hace cinco años, Eileen y yo pasamos tres meses recorriendo juntos Ruanda, Uganda y Kenia. Este viaje es más corto, a los 37 días, pero todavía con muchas oportunidades para disfrutar del sol y la lluvia sorpresa, dolor de rodillas y hermosas vistas.
Es casi una tradición para mí ir a caminar con mis padres en tiempos de transición: de costa a costa de Inglaterra después de que terminó la puesta en marcha, África y Alaska/Yukón hace cinco años, y ahora este viaje entre mi trabajo en EDGI y mi nuevo trabajo en Alaska.
Los días son simples, aunque desafiantes: nos despertamos, comemos, caminamos. Comemos, nos dormimos. ¿Qué mejor manera de cambiar de época y ganar perspectiva que trasladar mi cuerpo, lejos de casa, a algún lugar hermoso?
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