¿Qué somos sin el caos?
Antes de comenzar, permítanme citar esta declaración de un actor, director de cine y diplomático bahameño y estadounidense, Sidney Poitier:
Gran parte de la vida, me parece, está determinada por pura casualidad.
Los adolescentes están en mal estado, es lo que todos sabemos (no me hagan empezar con los adultos). Durante mis aburridos (¡repito, aburridos!) años de adolescencia, a menudo deseaba tener un guía personal que me indicara la dirección correcta. En realidad, esperaba más una 'simple' dirección de alguien. Solía estar solo en mi habitación lamentándome de lo solo que me sentía y odiando mi existencia, sintiéndome como si estuviera acurrucado dentro de una pequeña cueva, añorando a ese 'director'.
¡Adivina qué! Tengo 20 años y todavía deseo a ese director. No obstante, estoy bastante sorprendido de lo lejos que llegué sin ese director. ¿Tal vez, solo tal vez, ese director siempre estuvo dentro de mí? Tal vez descubrí las cosas con el tiempo, con escenarios cambiantes, estando rodeado de personas. Tal vez así es como cambiamos, como individuos.

Hay una cierta liberación en el hecho de que todos estamos averiguando: carrera, relaciones, salud física y emocional, VIDA. A medida que envejecemos, existe esta lucha interna constante entre querer rendirse y querer seguir adelante. A veces desearía que hubiera una versión de Google Maps para toda la vida, con rutas y destinos claros. Las palabras 'incertidumbre' y 'aleatoriedad' nunca se usarían en el contexto de la vida. Pero bueno, ¿dónde está la sorpresa si todo va según el mapa?
La incertidumbre tiene su propio encanto cuando se trata de la vida. Todos de alguna manera nos dejamos llevar por la aleatoriedad y los altibajos. Lo esperado a menudo nunca sucede, y lo inesperado toma el control, aunque debo decir que lo último resulta ser mejor que lo primero.
Creo que todos somos nuestros propios 'directores'. Las personas con las que salimos, los lugares a los que vamos, nuestras creencias acerca de Dios, todos estos elementos importantes para nosotros nos ayudan a salir adelante. Y casi me olvido de la influencia de las personas, páginas y publicaciones que seguimos en las redes sociales. De hecho, la vida es un hermoso enigma, diría que no vale la pena resolverlo, pero definitivamente vale la pena vivirlo.
La vida no es buena, es más bien como debería ser: caótica pero hermosa.