Por qué los arqueólogos temen entrar en la tumba del primer emperador de China

Aug 07 2023
El mausoleo del emperador, el hombre que gobernó del 221 al 210 a. C., se encuentra en el distrito de Lintong, Xi'an, Shaanxi
Los guerreros de Terracota

Hay una razón de peso por la que los arqueólogos no se han “adentrado” más en la tumba de 2200 años de antigüedad del primer emperador de China, Qin Shi Huang: los investigadores temen que pueda albergar trampas explosivas mortales.

Al parecer, el mausoleo del emperador, el hombre que gobernó del 221 al 210 a. C., se encuentra en el distrito de Lintong, Xi’an, Shaanxi. El mismo está custodiado por el icónico Ejército de Terracota, esculturas destinadas a protegerlo en el más allá. Ocurre que, mientras que se han explorado partes de la necrópolis, la tumba en sí nunca ha llegado a abrirse debido a los temores de lo que podría haber dentro. 

Dicho temor comenzó hace bastante tiempo, probablemente desde que se dio a conocer un relato alrededor de 100 años después de la muerte del emperador sobre posibles trampas explosivas dentro de la tumba escrito por el historiador chino Sima Qian, quien decía lo siguiente:

Se ordenó a los artesanos que fabricaran ballestas y flechas preparadas para disparar a cualquiera que entrara en la tumba. Se usó mercurio para simular los cien ríos, el Yangtze y el río Amarillo, y el gran mar, y se puso a fluir mecánicamente.

¿Y no podría ser todo simple palabrería? Sí, aunque esta posibilidad se fue desinflando tras un estudio de 2020 que encontró que las concentraciones de mercurio alrededor de la tumba estaban en niveles significativamente más altos de lo esperado. Según el trabajo:

El mercurio altamente volátil puede estar escapando a través de las grietas, que se desarrollaron en la estructura con el tiempo, y nuestra investigación respalda los registros de crónicas antiguas sobre la tumba, que se cree que nunca fue abierta/saqueada.

Recordamos que Qin Shi Huang fue el primero en gobernar una China unificada, y los informes históricos sugieren que se obsesionó con beber mercurio en una búsqueda equivocada de la vida eterna (al parecer, bebía vino mezclado con mercurio y podría haber muerto de envenenamiento por mercurio a la edad de 49 años).

Por cierto, el ejército de terracota y el complejo de la tumba de Qin Shi Huang están designados como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y siguen siendo algunos de los descubrimientos arqueológicos más importantes de la historia.