La jubilación de tu sueño.

Los jubilados son diferentes, porque las versiones más jóvenes de ellos difieren.
Como tú lo admites, la vida juega con nuevos colores.
Los sueños de pasar el tiempo de pensión varían drásticamente.
Algunos prefieren una pequeña casa junto al mar, otros una casa en un árbol en algún lugar de las montañas, lejos del resto del mundo.
El tercer tipo de personas son los adictos a la ciudad.
No pueden imaginar una vida fuera del alboroto urbano donde el silencio da miedo y el susurro de un grillo de campo llama a un ataque de pánico.
Yo soy uno de ellos.
Un niño de la ciudad contemplando una mesurada senilidad lúgubre, que nunca hubiera sucedido.
Tal vez, nuestros sueños nos encarnan como adverso, que nunca es posible.
Es por eso que la frustración ha sido inevitable desde que el sueño se hizo realidad.
Mantén tus sueños a salvo; son reflejos tuyos que nunca tocarás.