Por qué no puedo simplemente “encogerme de hombros”

May 08 2023
¿Alguna vez has considerado la necesidad de la fisicalidad en la expresión? Saltando cuando estás emocionado de ver a alguien, aplaudiendo furiosamente después de que tu músico favorito toca, yendo a abrazar a un ser querido. Incluso los gestos distraídos como rascarse la cabeza cuando se está pensando profundamente pueden marcar una gran diferencia en la comunicación con los demás.

¿Alguna vez has considerado la necesidad de la fisicalidad en la expresión? Saltando cuando estás emocionado de ver a alguien, aplaudiendo furiosamente después de que tu músico favorito toca, yendo a abrazar a un ser querido. Incluso los gestos distraídos como rascarse la cabeza cuando se está pensando profundamente pueden marcar una gran diferencia en la comunicación con los demás. No es de extrañar que muchos de los que se han tomado el tiempo de revisar una variedad de "Pruebas del lenguaje del amor" encuentren que el suyo es el contacto físico.

Pero, ¿qué pasa con aquellos con importantes dificultades de movilidad, que encuentran que expresarse es mucho menos natural?

Antes de continuar, quiero reiterar que solo hablaré desde mi propia experiencia para evitar hacer suposiciones o generalizaciones sobre otros. La experiencia de cada persona con la discapacidad, y cómo les afecta, es diferente.

Durante años, he sabido que parezco perpetuamente indiferente. No estoy hablando de "cara de perra en reposo", aunque tal aflicción ciertamente no ayuda a combatir esto. Estoy hablando de mi postura. El estado de mi cuerpo.

A pesar de sus interminables modificaciones para adaptarse a mi escoliosis, el daño que ha sufrido mi columna vertebral, y se ha extendido, a lo largo de los años, sigue siendo muy evidente cuando estoy en mi silla de ruedas. Me inclino hacia la izquierda de mi asiento, mis extrañas manos atrofiadas descansan sobre mi regazo mientras mis codos están apoyados en mis reposabrazos. Mi cuello se estira extrañamente para compensar la irregularidad de todo. Con tal acto de equilibrio empleado, el espacio para la kinésica es escaso.

No ayuda que generalmente no soy una persona particularmente expresiva, independientemente de mi discapacidad. Me han dicho que soy "estoico" o "difícil de leer" demasiadas veces. lo Pero no quiero serlo.

Quiero sorprenderme saltando, impaciente por saludar a un amigo. Quiero aplaudir a mis artistas favoritos hasta que me duelan las manos. Quiero envolver mis brazos alrededor de mis personas favoritas y nunca soltarlas.

Quiero que se sepa que me importa. Pero con mi plétora de respuestas traumáticas y mecanismos de afrontamiento cuestionables que me recuerdan que ser honesto acerca de cómo te sientes es un destino peor que la muerte en el camino, el salvador orgánico y de segunda naturaleza de la expresión que es el lenguaje corporal parece ser lo único que podría dar a conocer esto. Y no puedo tenerlo. Me frustra infinitamente, pero como de costumbre, me siento en silencio, ni siquiera equipado para transmitir mi exasperación.