10 asuntos de fin de carrera

Las consecuencias públicas de las malas decisiones románticas suelen estar en relación directa con la naturaleza pública de las personas involucradas. Para un escándalo realmente jugoso, es esencial que los jugadores tengan un papel de autoridad o figura decorativa en nuestra cultura, ya sea históricamente o en la actualidad. Los actores de programas infantiles, los políticos en la cima de la cadena alimenticia, los monarcas y los jefes de las dinastías (ya sean de la realeza egipcia o de Hollywood ) están sujetos a un estándar más alto que el hombre común, cuyos errores son simplemente de mal gusto.

Lo interesante del asunto público que pone fin a una carrera es la forma en que lo aprovechamos. Las personas que la sociedad eleva están sujetas a un estándar más alto y tienen mucho más que caer. En muchos casos, y cada vez más, el imaginario popular ni siquiera se molesta en ocultar el schadenfreude -placer en la desgracia ajena- que nos llevamos de estos hechos, porque hay una desilusión oculta que sentimos cuando estas cosas se revelan: "Si estas la gente es simplemente humana, ¿qué estábamos haciendo adorándolos?" Y en el caso de los políticos, una decepción aún más paranoica: "¿Quién conduce este autobús, de todos modos?"

En este artículo, exploraremos 10 escándalos de gran éxito, de la historia, la política, el entretenimiento y el mundo literario, y veremos qué hizo que cada uno de ellos fuera tan sensacional y destructivo.

1. Cleopatra y Marco Antonio
2. Alexander Hamilton y María Reynolds
3. Oscar Wilde y Lord Alfred Douglas
4. El rey Eduardo VIII y Wallis Simpson
5. Ingrid Bergman y Roberto Rossellini
6. walter jenkins
7. gary hart y donna arroz
8. Tiger Woods y casi todos
9. John Edwards y Rielle Hunter
10. David Petraeus, Paula Broadwell y la comunidad de inteligencia de EE. UU.

Nacida en Alejandría alrededor del 69 a. C. en la dinastía de Ptolomeo, descendiente de griegos, Cleopatra se hizo cargo de Egipto una vez que su padre se fue [fuente: Historia ]. Para reforzar las lealtades, se convirtió en la amante de Julio César y le dio un hijo. Mientras tanto, el amigo de César, Marco Antonio, estaba teniendo su propio drama: era de alta cuna, pero desperdició su juventud. Cuando murió un amigo, tomó a la esposa del hombre, Fulvia, como propia. Más tarde, corrió a Grecia para evitar las deudas que había acumulado en Roma, pero finalmente se unió al ejército, donde sus conexiones con César, y Octavio, un gobernante romano posterior, fueron muy útiles en su carrera.

Cuando Julio César fue asesinado, Antonio se unió a un triunvirato de líderes sobre Roma. Al acercarse a Cleopatra, se le negó una audiencia con ella dos veces antes de conocerse y enamorarse. Se casó con ella en Egipto, formando una nueva alianza política y asustando a Fulvia, quien atacó a Octavio para difamar el nombre de Antonio. Mark Antony corrió a casa con Fulvia, pero ya era demasiado tarde para salvar las cosas: Fulvia murió poco después. Para tratar de suavizar la debacle, Antonio se casó con la hermana de Octavio para unir a sus familias.

Así que ahora era el turno de Cleopatra de enterarse de sus hazañas, ¡y estaba a solo unas semanas de dar a luz gemelos ! Pero ella era una princesa y una política inteligente, por lo que siguió apoyando a su ejército. Y luego, una vez que Octavio demostró ser dudoso como aliado, Antonio se divorció de la hermana (¡embarazada!) y regresó a Egipto. Enfurecido, Octavian usó esto como una oportunidad para atacar a Egipto y consolidar el poder, que es cuando las cosas se ponen increíbles.

Temiendo por su vida, Cleopatra inició rumores de que estaba muerta y se escondió en su cripta funeraria. Desafortunadamente, una de las personas que creyó en este chisme fue Antonio, así que, tenga en cuenta que Shakespeare escribió el relato ficticio definitivo de esto, por lo que esta parte puede ser familiar, se suicidó. Angustiada, y seguro de que Octavio eventualmente la tomaría prisionera en su conquista de Egipto, Cleopatra hizo lo mismo [fuente: McManus ].

No es de extrañar que sea el asunto más famoso de todos los tiempos. ¡Lo tiene todo! Incluyendo el hecho que a veces olvidamos, que cuando observas a los gobernantes históricos, desde Alejandro Magno hasta los Tudor, también observas imperios que cubrían todo el mundo conocido. Los amoríos de Cleopatra son pasto de los tabloides a nuestros ojos, pero no podemos olvidar que cada guerra, para estos chicos, era una guerra mundial.

Este es un poco menos conocido: tiene lugar en los albores de los Estados Unidos, durante la presidencia de George Washington. El hecho de que ni siquiera haya oído hablar de él demuestra cómo nuestra propia visión de los líderes, presentes y pasados, ha cambiado a lo largo de la historia.

El secretario del Tesoro, Alexander Hamilton, tenía 34 años cuando conoció a Maria Reynolds, una niña casada de 23 años que afirmó que su esposo James la había abandonado a ella y a su hija [fuente: Weigant ]. Hamilton le dio a Reynolds dinero para viajar, pero detectó algunas señales de que ella podría estar interesada en más, y comenzaron una relación que duró tres años.

Pero el esposo James estaba muy al tanto de la situación. Y, de hecho, dejó que la aventura continuara, extorsionando a Hamilton por el dinero que duró la relación. El protocolo social en ese momento era que el hombre cornudo desafiara a duelo, por lo que el hecho de que James optó por el chantaje no solo es revelador, sino también, como verá al final de esta historia, increíblemente irónico.

Los giros de estafador de Reynolds no terminaron ahí: en un esquema separado, estaba haciendo un mal uso de los beneficios destinados a los veteranos de la Guerra Revolucionaria en algunas especulaciones que se fueron al sur. Eventualmente, ambos hombres explotaron, y Hamilton tuvo que elegir: admitir su espeluznante arreglo sexual o implicarse en el fraude veterinario.

Hamilton acudió a James Monroe (así es, el quinto presidente de Estados Unidos ) en busca de consejo, entregándole las cartas de amor de María, que demostraban su inocencia en el último esquema de chantaje. Monroe y sus amigos en el Congreso decidieron encubrir todo el asunto. Pero cuando Monroe le envió las cartas a Thomas Jefferson (¡no puedes inventar estas cosas!), Jefferson se fue a chismosear por toda la ciudad.

Al final, un chismoso llamado James Thomson Callender se hizo con las cartas y derribó a Hamilton. Hamilton admitió su historia de amor y se disculpó, lo que ayudó pero no restauró por completo su reputación. Pero aquí es donde se pone raro: abandonando el barco que se hunde de su marido corrupto, Maria Reynolds finalmente consiguió que Aaron Burr la representara en el divorcio. Y sí, ese sería el mismo Aaron Burr que finalmente mató a... Alexander Hamilton. en un duelo

Lord Alfred "Bosie" Douglas fue el tercer hijo de un marqués, John Douglas de Queensberry. Bosie dejó Oxford sin un título, pero con una gran disputa contra su padre que terminó siendo la destrucción de su gran amor , Oscar Wilde, a quien conoció y se enamoró en 1891 [fuente: Douglas ]. Siempre fue conocido como un dandy mimado, disoluto e inteligente, y en el transcurso de su tumultuosa relación, se apoyó mucho en Oscar por dinero y perdón, y siempre lo consiguió.

Su mayor pelea surgió de un desacuerdo sobre la mala traducción de Bosie de la obra de teatro "Salomé" de Wilde, que escribió en francés. El drama finalmente explotó e involucró al editor de la obra, e incluso al famoso ilustrador art nouveau Aubrey Beardsley, cuyas cascarrabias descripciones de todo el problema siguen siendo bastante divertidas: "Durante una semana", escribió, "los números de telégrafos y mensajeros quien llamó a la puerta fue simplemente escandaloso".

Finalmente, el marqués se cansó de todo esto y le escribió a Bosie una famosa carta en la que lo criticaba por fracasar en Oxford, evitar una carrera y amenazarlo con cortarlo si no se recuperaba. "Qué hombrecillo tan divertido eres", respondió Bosie por telegrama, lo cual es bastante impresionante, pero condujo a la eventual destrucción tanto de Bosie como de su amante intermitente. Papá amenazó a su hijo con una paliza y, lo que es más importante, con un gran escándalo público si no rompía con el famoso dramaturgo.

Intercambiaron púas ("Te detesto", escribió el hijo; "Criatura miserable", escribió el padre) hasta que finalmente el hermano de Bosie, también involucrado en una aventura homosexual, murió en un accidente de caza sospechoso [fuente: Douglas ]. Queensberry decidió salvar a Bosie, y por lo tanto a la familia, yendo tras Wilde directamente. Inventó planes extraños, como arrojar frutas durante una de las obras de Wilde, y le dejó notas espeluznantes al autor por toda la ciudad, incluida una tarjeta de visita que insinuaba que Wilde era un sodomita.

En contra de los consejos de todos, incluido el propio George Bernard Shaw, Wilde presentó cargos por difamación contra Queensberry y lo arrestó. Las acusaciones de homosexualidad bastaron para inspirar esta ofensiva, en aquellos días: Era un crimen capital. Pero una vez que la defensa comenzó a lanzar cartas románticas y sugerentes de Wilde al hijo del marqués, dejó de tratarse de difamación y comenzó a ser un referéndum sobre el propio carácter de Wilde y, finalmente, su obra.

Wilde retiró la demanda, pero un día después fue arrestado por una serie de juicios y apelaciones por indecencia que terminarían con su libertad y su carrera. Si bien este tipo de disfunción familiar, y las personalidades dramáticas involucradas, bien pueden haberlo deprimido por otros medios, es interesante pensar que hace menos de 200 años, simplemente dejar postales acusando a un hombre de ser gay fue suficiente para destruir a él. Y destruirlo, en muchos sentidos, lo hizo.

Bessie "Bessiewallis" Wallis Warfield nació en 1896 en la ciudad balnearia de Blue Ridge Summit, Pensilvania. Su primer matrimonio fue en 1916, con un aviador de la Marina alcohólico llamado Earl Winfield Spencer, Jr. En el transcurso de varias separaciones y asuntos, la pareja pasó tiempo por todo el mundo, codeándose y escalando escalas sociales. Ella encantó a la gente a diestra y siniestra. Según la esposa de un diplomático, el único mandarín que Wallis aprendió durante sus viajes por Asia fue "Muchacho, pásame el champán". Finalmente se divorciaron en 1927 [fuente: Sebba ].

En julio del año siguiente, su próximo esposo, el magnate naviero Ernest Simpson, había dejado a su esposa e hija, y él y Wallis se casaron en Londres. Y gracias a Dios, ya que el dinero de su familia se perdió en el desplome de Wall Street . Justo en ese momento, la amiga de nombre poco probable de Wallis, Consuelo Thaw, le presentó a su hermana, Lady Thelma Furness, de nombre igualmente poco probable, que era la amante de Eduardo, Príncipe de Gales. De 1931 a 1933, el esposo Ernest perdió dinero constantemente, Wallis y Edward se volvieron bastante cercanos [fuente: Sebba ]. Lady Furness fue a Nueva York en enero de 1934, y puedes adivinar lo que pasó después.

A fines de 1934, Edward se dedicó a la Sra. Simpson, aparentemente encontrando su personalidad iconoclasta justo lo que necesitaba para su reprimida existencia real. Dado que se había divorciado dos veces, el Palacio de Buckingham no quedó demasiado impresionado (por lo general, en esos días ni siquiera se admitía a las personas divorciadas en los tribunales), pero Edward la mimó, la llevó de vacaciones por toda Europa y descuidó sus deberes oficiales.

El 20 de enero de 1936 murió el rey Jorge V y ascendió al trono el rey Eduardo VIII. El gobierno británico y su familia no estaban muy impresionados por su continuo cortejo con Wallis, pero estaba enamorado. No fue sino hasta 2002 que la Iglesia de Inglaterra permitió que las personas divorciadas se volvieran a casar (la razón por la que Enrique VIII tenía todos esos problemas con sus esposas, recuerden) y el Rey es la cabeza de la Iglesia, así que ahí está todo el asunto.

Pero después de que Wallis solicitara su segundo divorcio, Edward seguía buscando respuestas. Varios primeros ministros de la Commonwealth rechazaron un compromiso que habría tenido a Edward como rey pero no a Wallis como reina, conocido como matrimonio morganático , y el gobierno británico amenazó con renunciar si seguía adelante. El escándalo llevó a Wallis a Cannes, donde fue acosada por miembros de la corte y, finalmente, hizo una declaración renunciando a Edward, pero el Rey no se rindió. En diciembre de 1936, el rey finalmente abdicó, abriendo el trono a su hermano: el rey Jorge VI [fuente: Norton-Taylor y Evans ].

Un año y medio después, la pareja finalmente se reunió, libre y limpia, en Monts, Francia. Y como regalo de bodas, el rey Jorge los nombró duque y duquesa de Windsor. Lo que realmente fue útil en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, cuando su racismo abyecto y sus simpatías nazis le hicieron perder cualquier posición social que había logrado mantener [fuente: Evans y Hencke ]. A Edward y Wallis nunca se les permitió regresar a Inglaterra.

La actriz sueca Ingrid Bergman prendió fuego a la prensa estadounidense con sus habilidades, belleza poco convencional y entrega; Abundaban las historias de lo amable y encantadora que era con todos, desde los productores hasta el equipo en el set.

Para 1942, después de hacer varias películas a ambos lados del charco, había hecho "Casablanca", su película más famosa (aunque resulta que no es su favorita). Hizo "Por quién doblan las campanas" a pedido personal de Hemingway, y en 1944 "Gaslight" de George Cukor antes de pasar a un trío de películas de Hitchcock, una de las cuales, "Spellbound", le valió una nominación al Oscar.

But her next best actress nomination for 1948's "Joan of Arc" came with scandal attached: It was around this time that news of her affair with married Italian director Roberto Rossellini first broke. Married since she was 21 (to a dentist who eventually moved to San Francisco when her career really exploded), Bergman had become quite a fan of Rossellini's over the years. She wrote to him first in 1949 -- a famous letter of admiration offering to make a film together -- and she appeared in his 1950 picture "Stromboli," which is when they fell in love [source: Bergman ].

Cuando Bergman quedó embarazada del hijo de Rossellini mientras los dos aún estaban casados ​​con sus respectivos cónyuges, todos, desde Ed Sullivan hasta el Senado de los EE. dividió el país por completo y se mudó a Italia para un divorcio muy ruidoso y una batalla por la custodia del hijo que ella y su esposo dentista tuvieron juntos. Bergman y Rossellini se casaron en mayo de 1950, y en 1952 nació su hija más famosa, Isabella Rossellini, junto con una hermana gemela , Isotta [fuente: Bergman ].

¿Fue esto un final de carrera? Ciertamente en Hollywood, y dada la frenética trayectoria de su apretada agenda hasta ese momento, habría seguido haciendo tantas películas como fuera posible. Sin embargo, es interesante preguntarse si el Senado habría considerado apropiado ofrecer una opinión sobre la situación si ella hubiera sido un hombre, o si el resto de Estados Unidos, para el caso, se hubiera enloquecido tan intensamente.

Walter Jenkins nació en 1918 y creció en Texas. Comenzó a trabajar para Lyndon B. Johnson en 1939 y pasó 25 años con él como su principal asistente administrativo [fuente: Langeveld ]. Estaba cerca de la familia: "Si Lyndon Johnson le debía todo a un ser humano que no fuera Lady Bird, se lo debía a Walter Jenkins", estaba escrito; los Johnson incluso celebraron el cumpleaños número 51 de Lady Bird en la casa de Walter, y él era conocido en toda la capital por su amabilidad, decencia e integridad [fuente: Feeney ].

Entonces, ¿por qué está en esta lista? Bueno, hubo una redada en un baño de la YMCA aproximadamente un mes antes de las elecciones presidenciales de 1964 ; Jenkins fue descubierto teniendo relaciones sexuales allí con otro hombre y posteriormente fue arrestado por alteración del orden público. Si bien algunos periódicos se negaron al principio a prestar atención a la historia, eventualmente salió a la luz que este no era su primer arresto en relación con los sitios de conexión gay.

Para el 14 de octubre, los editores estaban llamando directamente a la Casa Blanca y algunos de los abogados de la administración, al tratar de ayudar, lograron confirmar que la historia tenía fundamento. El abogado no oficial de la Casa Blanca, Clark Clifford, le contó los detalles a Johnson, y poco después, el secretario de prensa de la Casa Blanca, George Reedy, lo confirmó llorando abiertamente. Johnson ordenó una investigación del FBI , en caso de que hubiera algún chantaje con su asistente de mayor confianza, y trató de vender teorías de que estaba incriminado, pero finalmente lo dejó pasar, luego de ordenar una última encuesta de opinión pública, que al menos confirmó la al público votante realmente no le importaba mucho [fuente: Langeveld ].

Lady Bird emitió una declaración de apoyo y la campaña siguió adelante. De todos modos, el arresto en sí se vio ensombrecido en su mayor parte esa semana por enormes cambios globales: cambios en el electorado británico, la primera bomba nuclear de China y la deposición de Nikita Khrushchev. Si bien el incidente abrió una conversación en la prensa estadounidense sobre otros políticos homosexuales sospechosos o descubiertos, fue Jenkins quien tuvo el mayor impacto, poniendo a prueba los valores progresistas de Johnson. Se lamentó, se negó a reemplazar a Jenkins, y más tarde el personal del ala oeste dijo que el presidente nunca se recuperó por completo de la pérdida de su mano derecha.

La sólida actuación de Gary Hart contra el eventual candidato presidencial demócrata, Walter Mondale, en 1984, lo convirtió en un favorito para la carrera de 1988. Pero en marzo de 1987, un mes antes de anunciar su candidatura, Hart conoció a Donna Rice, reina del concurso, modelo y graduada con honores en biología de la Universidad de Carolina del Sur [fuente: Dionne ]. Los rumores comenzaron a circular casi de inmediato, y Hart invitó a la prensa a usar cualquier medio que tuvieran para controlarlo, prometiendo que estarían "muy aburridos". Ese mismo día, Rice fue fotografiado saliendo de su casa, lo que resultó menos aburrido para la prensa de lo que Hart hubiera esperado.

Los números de las encuestas de Hart cayeron inmediatamente, colocándolo 10 puntos detrás de Michael Dukakis, entonces gobernador de Massachusetts y su principal rival. Dos días después del avistamiento original, el National Enquirer produjo la ahora famosa fotografía de Rice en el regazo de Hart. La imagen es puramente ochentera, todo pelo peinado y sudaderas a la moda, pero la intimidad es inconfundible. Menos de una semana después, Hart estaba fuera de la campaña , regresando para un intento de vida extremadamente breve ese diciembre, y Rice estaba buscando un nuevo trabajo.

Lo que se mantiene con este escándalo en particular es el cambio rápido. De marzo a junio, toda una esperanzada presidencia demócrata subió y volvió a bajar, como un globo de plomo. Puede que esta no sea la más sensacionalista o la más memorable de las corruptas historias políticas y financieras de la década de 1980, pero de alguna manera parece una marca de agua histórica: lo que estaba debajo de la prensa en la época de Kennedy, e incluso de Johnson, estaba en la década de 1980. una miniserie de Danielle Steele, que se desarrolla en vivo a través de las páginas de los tabloides y periódicos reales por igual.

Nuestro viejo amigo, el National Enquirer, afirmó por primera vez la aventura de Woods con la gerente del club nocturno Rachel Uchitel el 25 de noviembre de 2009. Dos días después, a las 2:30 de la mañana, Woods chocó su automóvil de manera espectacular y, para el 30 de noviembre, había publicado una declaración vaga sobre "asuntos privados" y, citando sus lesiones, abandonó su propio torneo de golf benéfico [fuente: Seal ].

Dos días después de eso, US Weekly publicó un supuesto mensaje de voz que le había dejado a una amante, y dio una declaración admitiendo "transgresiones", negándose a dignificar aún más los detalles. Una tercera declaración, menos vaga esta vez, siguió el 11 de diciembre, cuando más y más mujeres se adelantaron para decir que ellas también habían tenido intimidad con la estrella del golf.

Los patrocinadores (Accenture, AT&T, Gatorade, General Motors) abandonaron por completo al famoso golfista; otros esperaron hasta que terminaron sus contratos con Woods de cualquier manera que pudieron, y él perdió su columna en la revista Golf Digest. Dentro del mes, tenga en cuenta, nuevamente, qué tan rápido se está dando el cambio, se publicó un estudio que estima que los accionistas de las empresas asociadas con Woods habían perdido entre $ 5 mil millones y $ 12 mil millones gracias a sus asuntos [fuente: Goldiner ]. En cuanto a la pérdida personal, el escándalo también le costó a Woods su matrimonio y un pago sustancial de acuerdo: $ 100 millones [fuente: BBC ].

Es interesante: los respaldos demográficos más masculinos y deportivos, como Nike y Gillette, sabían que mantendría su credibilidad profesional y lo mantuvieron, mientras que las empresas que comerciaban con su reputación y personalidad, como TAG Heuer y American Express, cortaron Maderas sueltas. Menos personas querían ser como él, a raíz del escándalo, que ahora ha desvanecido su estrella tanto que es difícil recordar cuán amada fue su figura y por cuánto tiempo.

Combinando elementos de muchas de las historias anteriores (la extraña combinación de personalidades, el estrés de la vida personal y pública), obtenemos el asunto Edwards/Hunter, que floreció de forma no muy diferente al escándalo más reciente de Petraeus (que trataremos más adelante). pero con más detalles desagradables.

Casado, el senador de Carolina del Norte, John Edwards (D), conoció a Rielle Hunter en un bar de la ciudad de Nueva York a fines de 2006, y poco después comenzaron una relación sexual .

On Oct. 10, 2007, everything went down at once: The (you guessed it) National Enquirer was calling Edwards out for an affair with a campaign worker, while a Huffington Post blogger who'd been following the story produced more details about Hunter, and New York magazine connected her back to the Enquirer story. It's worth noting that throughout all of these events, Edwards's wife Elizabeth was battling breast cancer .

All wrongdoing was denied, of course, but the Enquirer, standing by its story, produced a follow-up in an article that included a photo of a very pregnant Hunter. Just to make everything weirder, a former Edwards staffer named Andrew Young got involved, relocating Hunter to Chapel Hill near him and claiming paternity of the child [source: Singh and Gomstyn].

Eventually, of course, everything came out. After a long string of denials, Edwards finally confessed to the affair and his paternity of the child [source: Fausset]. In June 2011, Edwards was indicted on six felony charges involving misuse of campaign funds to support his mistress and hide his affair, but after a mistrial, the U.S. Justice Department dropped the case in June 2012 [source: Biesecker].

The Petraeus Scandal could be considered by far the most confusing and elusive of all, thanks to so many of its players being either spies whose identities we're not allowed to know, or bizarre hangers-on whose lives themselves seem like cover stories for possible spies.

Paula Broadwell, a West Point grad with two kids and a Lt. Colonel in the Army Reserve, first met Gen. David Petraeus at Harvard in 2006, and eventually co-wrote his official biography, "All In: The Education of General David Petraeus," which was published in January 2012. By the time Petraeus was named CIA director in July 2011, they were lovers. They communicated using a free webmail account: One would save a draft message, and the other would read and delete it [source: CNN].

In May, a Tampa party planner named Jill Kelley filed an FBI complaint regarding threatening, jealous e-mails from a user calling herself "KelleyPatrol," whom the FBI pinpointed as being Broadwell. That's how they discovered the affair and webmail situation -- and also thousands of messages, some deemed "inappropriate," between Kelley and the current U.S. commander in Afghanistan, Gen. John R. Allen [source: Miller and Horowitz]. Kelley's cancer charity also came under scrutiny and her military connections were shot, making her career a second casualty of this mess.

So what was "KelleyPatrol" so upset about? Petraeus and Allen (talk about friends in high places) got themselves involved in Kelley's twin sister's custody battle, which she eventually lost. Somewhere along the line, Broadwell got the idea that Petraeus had taken Kelley as a second mistress, and she couldn't handle it. When the FBI called her in for questioning, Broadwell copped to the affair -- but not to the classified documents they'd later find on her computer.

Kelley's friend in the FBI, Frederick Humphries II – who, in another bizarre twist in the tale had sent Kelley shirtless photos of himself -- repeatedly intervened to make sure the bureau stayed on top of the "KelleyPatrol" harassment, although it wasn't his case. In late October, he called two Republican U.S. representatives, Dave Reichert and Eric Cantor, to allege that the Department of Justice (DOJ) was covering up the case. In turn, he came under investigation, but he wasn't entirely off-base: The director of the FBI and U.S. Attorney General Eric Holder decided to wait until after the 2012 elections to do anything with their information, and so -- after a long summer -- on the evening of Election Day (6 Nov 2012), they sent the FBI deputy director to inform the director of National Intelligence what was going on.

Next day, everybody knew. The DOJ informed White House counsel about everything, and Petraeus tendered his resignation to President Obama . After 24 hours of review, the resignation was official: David Petraeus, a four-star general, was no longer the head of the CIA, thanks to a jealous girlfriend's cyberstalking and a seriously skeevy amount of fraternizing at the highest levels of military, intelligence and government power.

What's intriguing about this story is the way the infidelity and sex that usually sell these stories seemed to take a backseat to our curiosity and concerns about power, privacy and the military.

The press focused attention on what the players' actions uncover about the entrenched structures we trust with our well-being every day. It's likely the story will continue to unfold in the years to come, as more of the circumstances are finally revealed.

Author's Note: 10 Career-Ending Affairs

I've followed David Petraeus's career since before he succeeded Gen. Stanley A. McChrystal in Afghanistan, back in 2010, and so -- having read the Broadwell biography upon its release -- I was pretty disturbed by the recent news of their affair and the surreal, complex scandal that resulted. (I received multiple condolence calls, to be honest, on that day -- my admiration for General Petraeus has been a matter of record for years.) At a time when the very concepts of "marriage" and "privacy" have been set aside in our culture for review (and, I think, improvement), it pays to look back at the ways our cultural assumptions and those of history often forced people into situations they maybe would rather have avoided. Nobody wants to be the bad guy. But when you're the standard bearer for a people, or an idea -- as so many of those on this list were -- it makes the justifications, and the fallout, a lot more interesting... And hopefully instructive for the rest of us.

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