
A veces, una herida requiere un vendaje, pero ¿y si ese vendaje no fuera solo una forma pasiva de prevenir una infección ? ¿Qué pasaría si un vendaje pudiera desempeñar un papel activo en el diagnóstico y la recuperación?
Esta idea de que los vendajes pueden ser "inteligentes" está detrás de un nuevo invento de un equipo de ingenieros de la Universidad de Tufts. El equipo desarrolló un vendaje flexible de menos de 3 milímetros (alrededor de un octavo de pulgada) de grosor que monitorea activamente las heridas crónicas y luego responde administrando tratamientos con medicamentos específicos para la herida para promover la curación.
"Hemos podido adoptar un nuevo enfoque para los vendajes debido a la aparición de la electrónica flexible", dijo Sameer Sonkusale, Ph.D., coautor y profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Escuela de Ingeniería de la Universidad de Tufts, en un comunicado de prensa . "De hecho, la electrónica flexible ha hecho posible muchos dispositivos médicos portátiles, pero los vendajes han cambiado poco desde los inicios de la medicina. Simplemente estamos aplicando tecnología moderna a un arte antiguo con la esperanza de mejorar los resultados de un problema insoluble".
La investigación, publicada en la edición del 6 de julio de 2018 de la revista Small, si tiene éxito en entornos clínicos, podría transformar el futuro de los vendajes. Este podría ser un avance importante para las personas con heridas cutáneas crónicas que son difíciles de curar, como las que surgen de quemaduras o diabetes.

Los vendajes inteligentes tienen sensores de pH y temperatura para medir los marcadores primarios de cicatrización de heridas. El equilibrio del pH para una cicatrización óptima de las heridas está en un rango de 5,5 a 6,5, mientras que las heridas que no cicatrizan tienen un rango de pH superior a 6,5. Una temperatura elevada en el sitio de la herida indica que se está produciendo inflamación y que la herida no se está curando. Un prototipo de vendaje separado hecho por el equipo también tiene en cuenta la oxigenación, lo que indica si una herida se está curando de manera óptima.
Los datos en tiempo real de los sensores del vendaje son leídos por un microprocesador que luego puede señalar una liberación de antibiótico a pedido, creando un mejor ambiente para que las heridas cicatricen.
El siguiente paso para los vendajes inteligentes de la Universidad de Tufts es probarlos en un entorno clínico y ver cómo el concepto se compara con otros vendajes inteligentes, incluido uno diseñado en 2017 por investigadores de la Universidad de Nebraska que usa un teléfono inteligente para administrar medicamentos.