
A pesar de que los investigadores de todo el mundo están trabajando para avanzar en la producción de energía a partir de fuentes renovables como la energía solar e hidroeléctrica, la tecnología de producción de petróleo (o recuperación, dado que el petróleo está listo y al acecho bajo tierra) no se ha estancado. Entre los nuevos métodos más prometedores se encuentra la recuperación de petróleo mejorada por microbios (MEOR, por sus siglas en inglés): el envío de microorganismos modificados genéticamente a profundidades subterráneas para enviar petróleo a los brazos que esperan.
Uno de los principales problemas en la producción de petróleo es obtenerlo todo; no es tan fácil como perforar un agujero en el suelo y extraerlo. A medida que se recolecta más y más petróleo, eventualmente cuesta más recuperar lo que queda de lo que vale, y en ese punto se abandona el pozo. MEOR promete empujar ese punto de inflexión más atrás que nunca, extendiendo la vida productiva de las reservas de petróleo hasta en un 11%.
Un enfoque triple
La recuperación microbiana mejorada de petróleo representa un ataque de tres frentes. Primero, los microorganismos descomponen el petróleo crudo, reduciendo su viscosidad. Es mucho más fácil impulsarlo cientos de pies hacia arriba si fluye más como agua que como jarabe de arce.
El segundo método es el desplazamiento. A medida que los microorganismos se metabolizan naturalmente, producen gas de dióxido de carbono y biomasa. Ambos desplazan el petróleo, empujándolo hacia la superficie.
El último se llama taponamiento selectivo. La roca tan profunda es a menudo porosa, llena de pequeños agujeros por los que puede fluir el petróleo. Los microorganismos se seleccionan por su capacidad para producir exopolisacáridos, desarrollados para evitar que se sequen. Se vuelven "impermeables" en cierto sentido, y están dirigidos a bloquear esos pequeños agujeros, dejando que el aceite no tenga a dónde ir más que hacia arriba.
Superando obstáculos
La clave para la investigación de recuperación de petróleo mejorada microbiana es diseñar microorganismos que dirijan mejor el petróleo hacia arriba. Los que pueden soportar temperaturas extremadamente altas y producir los tipos correctos de sustancias rara vez se encuentran en la naturaleza. Aquí es donde entra en juego la ingeniería genética: la combinación de genes para crear microorganismos que puedan funcionar eficazmente en condiciones subterráneas adversas y subsistir con nutrientes económicos.
El elefante en la habitación es el medio ambiente. Las consecuencias desconocidas de bombear elementos extraños, incluso naturales, vivos, al suelo provocan preocupación. Se ha comprobado que la hidrofracturación de gas natural contamina el agua potable y provoca terremotos . Es difícil imaginar que los microorganismos tengan consecuencias sísmicas, pero nadie sabe qué podría pasar.