
Surgiendo por primera vez a la aceptación general a principios de la década de 1970 con la adopción del Día de la Tierra , el movimiento "verde" ha cobrado mucha fuerza en la última década más o menos. Ahora, más que nunca, las personas son conscientes de su impacto ambiental y quieren saber qué pueden hacer para ayudar a preservar el planeta y sus recursos para las generaciones futuras.
Pero seamos realistas: en un mundo ideal, todos queremos vivir de la manera cómoda a la que estamos acostumbrados, y al mismo tiempo ser lo más ecológicos posible. Esto ha dado lugar a cosas como los sedán y los SUV híbridos que ahorran combustible , por ejemplo.
Pero, ¿qué pasa con los hogares en los que vivimos o las oficinas en las que trabajamos? Está claro que la construcción de un nuevo edificio consume muchos recursos: hay madera, plástico y metal, y se necesita gasolina para hacer funcionar los camiones que llevan todos esos materiales al sitio de construcción. ¿Hay alguna manera de que un proceso inherentemente consumidor de recursos pueda modificarse para ser más amigable con el planeta? Absolutamente. La construcción ecológica es una industria nueva y próspera, y mediante el uso de materiales sostenibles y energéticamente eficientes, las personas viven y trabajan en hermosos y modernos edificios, tanto más modernos porque no dañan tanto el planeta.
Los gobiernos a nivel local y nacional reconocen la importancia de la construcción ecológica y el equilibrio de los problemas de empleo, financieros y ambientales que representa. Siga leyendo para obtener más información sobre el movimiento verde, cómo ha afectado a las industrias de la construcción y la remodelación, y qué se está haciendo para fomentarlo a nivel legal.